Maquillaje Editorial: un manifiesto sobre la piel
Maquillaje Editorial: un manifiesto sobre la piel
El maquillaje editorial no es nada de lo convencional. No busca disimular imperfecciones ni resaltar rasgos de manera discreta: su propósito es narrar una historia, crear un impacto visual y transformar el rostro en un soporte artístico.
Lo vemos en revistas de moda, campañas de lujo y pasarelas internacionales, donde la belleza deja de ser estándar para convertirse en declaración estética.
Si el maquillaje cotidiano embellece, el editorial sorprende y emociona
¿Qué es el maquillaje editorial?
El maquillaje editorial es aquel que se crea para editoriales de moda, portadas de revistas, campañas publicitarias y desfiles de pasarela. Su función principal es expresar un concepto visual y acompañar el lenguaje de la moda.
No está pensado para la vida diaria, sino para ser captado por la cámara fotográfica o las luces del show.
A diferencia del maquillaje social o comercial, no prioriza la durabilidad ni la naturalidad: su objetivo es impactar, experimentar y proponer un universo visual propio.
El maquillaje como idioma universal
Cada trazo editorial es un mensaje.
Un delineado geométrico puede hablarnos de futurismo; un bloque de color vibrante, de rebeldía; y un rostro cubierto de glitter, de abundancia o fantasía.
En el terreno editorial, el maquillaje se convierte en lenguaje visual puro:
Futurista: delineados metálicos, acabados espejo.
Minimalista: piel translúcida, labios desdibujados.
Maximalista: texturas en capas, colores intensos.
Surrealista: aplicaciones externas, juegos de proporción.
Cada look no embellece por embellecer: construye un relato y comunica una emoción.
Los delineados geométricos trazan precisión y control; una mente que piensa en líneas, estructura y modernidad. Hablan de diseño, de mirada analítica, de identidad que se dibuja con intención.
El glitter traduce emoción y deseo. Es brillo que desafía lo común, exceso que se asume con orgullo. Un recurso que oscila entre lo festivo y lo vulnerable, entre el lujo y la fantasía.
Los bloques de color vibrante irrumpen como gritos visuales: manifiestos de energía, rebeldía y expresión pura. Son el terreno del riesgo, de la identidad que no se camufla.
Cada trazo, textura expresa una decisión estética: el maquillaje se convierte en pensamiento visual, en narrativa sobre quiénes somos y cómo elegimos mostrarnos.
Técnicas y elementos más usados en Maquillaje Editorial
El maquillaje editorial se caracteriza por la libertad creativa, y por eso es tan artístico y maravilloso. Algunas de sus técnicas y recursos más habituales son:
Colores extremos: desde paletas vibrantes hasta monocromías absolutas.
Texturas experimentales: gloss en exceso, acabados vinilo, piel mate de porcelana.
Delineados gráficos: líneas geométricas, trazos abstractos, bloques de sombra.
Materiales no convencionales: pedrería, lentejuelas, perlas, plumas o stickers aplicados al rostro.
Cada detalle se piensa en función de la cámara, la iluminación y el concepto editorial.
Influencia de la fotografía y la pasarela
El maquillaje editorial vive y respira a través de la lente fotográfica.
La luz transforma colores y texturas, y la cámara magnifica los detalles invisibles al ojo cotidiano.
En una editorial de moda, el maquillaje dialoga con el estilismo y la dirección de arte; en la pasarela, debe ser lo suficientemente potente como para destacar entre las luces y el movimiento.
En ambos casos, es el resultado de un trabajo colectivo entre makeup artists, fotógrafos, estilistas y diseñadores.
Foto: © Mugler, L’Oréal Paris — vía DSCENE
Íconos y referentes del maquillaje editorial
Hablar de maquillaje editorial es hablar de visionarios del beauty.
Algunos nombres imprescindibles son:
Pat McGrath: considerada la madre del maquillaje editorial, cuyas creaciones han definido décadas de portadas.
Isamaya Ffrench: con un estilo experimental y provocador, ícono de la vanguardia actual.
Val Garland: reconocida por su creatividad teatral e irreverente.
Sus obras no solo marcaron tendencias, sino que redefinieron los límites del maquillaje como arte.
La nueva era del maquillaje editorial: del set fotográfico al universo digital
El maquillaje editorial no murió: evolucionó.
Dejó atrás los grandes escenarios de revistas impresas para renacer en espacios más libres, personales y experimentales. Hoy, su esencia vive en las plataformas digitales, en los fashion films, en los shootings independientes, y en los perfiles de artistas que usan el rostro como manifiesto visual.
Este nuevo maquillaje editorial ya no depende del lente de una cámara profesional, sino del ojo creativo. Vive tanto en un estudio de lujo como en el cuarto de un makeup artista emergente que crea contenido con su teléfono.
Las nuevas estéticas se inclinan hacia lo natural, lo etéreo, lo conceptual. Los acabados translúcidos y la sutileza reemplazan al exceso desmedido, sin borrar la intención artística.
El “clean look” o “natural glowy” se destacan entre las opciones más usadas, que implican nuevos maquillajes que, aunque artísticos, mantienen la naturalidad y la simpeza.
Aun así, artistas como Jo Baker, Isamaya Ffrench, Cécile Paravina o Sam Visser reinterpretan el maquillaje editorial desde una mirada más consciente y refinada, donde la belleza es lenguaje y el rostro, un medio de creación.
Hoy, el maquillaje editorial ya no pertenece solo a las revistas: pertenece a quienes se animan a contar historias a través del color, la textura y la luz.
Es discurso visual, que permite libertad creativa a la hora de comunicar.
Pasa de ser una estética solo de impacto visual a convertirse en un lenguaje de significado.
Ya no se trata solo de provocar desde el color o la textura, sino también de comunicar desde la intención estética.
El maquillaje editorial sigue siendo arte, pero ahora habita nuevos formatos (redes, fashion films, estudios independientes, contenido digital).
Se adapta a una nueva sensibilidad visual, más consciente, natural y simbólica. Y sobre todo, mantiene su función esencial: comunicar a través de la imagen, construir discurso desde el rostro.
El maquillaje editorial nos invita a sentirnos libres y a entender que la belleza no solo se lleva, también se crea.
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Preguntas frecuentes sobre maquillaje en tonos pasteles
Los tonos pasteles incluyen colores suaves como rosa, lila, melocotón, menta y azul cielo. Se aplican en sombras, rubores y labiales para un efecto delicado y fresco.
Para un look equilibrado, combina un solo color pastel predominante con tonos neutros. Por ejemplo, sombra rosa suave con labios nude o rubor melocotón con labios discretos.
Difuminar correctamente y usar productos en crema o polvo de alta pigmentación ayuda a lograr un acabado uniforme y delicado. Evita aplicar demasiadas capas para mantener la suavidad del look.
Sí, es cuestión de adaptar el tono pastel a la piel. Los colores cálidos favorecen pieles medias y morenas, mientras que los tonos fríos funcionan bien en pieles claras.
















